Historia de la isla

 En la isla parecía todo tranquilo.

Y lo era.

Era todo lo que llevaba buscando todo este tiempo.

Y sinceramente no quería irme, pues ese era mi lugar.

Despertar cada mañana con un sol ardiente pegándome en la cara 

Las noches no eran frías y la brisa no era una molestia.

Mi cueva tenía todo lo que necesitaba.

Estar en un lugar así me da la vida.

Sin ningún peso encima.

Ninguna obligación.

Mi única responsabilidad era yo mismo y no me hacía falta más.

Los animales no eran agresivos.

Parecían conocer mis inofensivas intenciones.

No podía pedir más.

No consideraba un error ni un castigo estar allí.

Sino un regalo.

Me da pena pensar que no era real.

En la vida real todo va muy rápido y no valoramos nada lo suficiente.

Yo necesitaba un lugar como esa isla.

Sin prisa.

Sin responsabilidades.

Sin problemas.

Solo yo, y con eso me bastaba.



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